
Los días de Navidad son perfectos para disfrutar de lecturas y cuentos navideños. Por esa razón continuamos con la serie de historias de adopción de animales. El mes pasado te contábamos las historias de adopción de Ciara, Lia, Tristán y Coco. ¿Tienes ganas de más? Volvemos con tus historias preferidas de amor incondicional.


Rondaba por mi cabeza tener un perrito, y entonces pasó esto:Mi hija Daniela, de cinco años, me contó que había una tienda donde sabía que había animalitos en adopción. Entramos corriendo, yo detrás de ella, y la vi detenerse frente a la perrita exclamando: “¡Papá, mira qué monada!”. Le respondí: “Sí, es una monada”.Hablamos con Ángel y nos explicó el procedimiento de adopción. Nos fuimos por unas horas a reflexionar acerca de la importancia de tener un miembro más en la familia, y después, ambos salimos corriendo para ver a la perrita. Daniela la cogió en brazos y exclamó: “Lola, te llamaremos Lola”.Bolita, Tanguito, Jagger, Ian… fue nuestra segunda adopción, nuestro nuevo miembro de la familia y quebradero de cabeza para elegir su nombre.Una mañana calurosa de primavera fui a la tienda a comprar una manta de gel porque leí que existía una cunita que, al echarse a dormir sobre ella, le bajaría la temperatura corporal, ya que Lola sufre mucho el calor. Siempre que vamos saludamos a todo el personal de Kivet, cuento cada cosa que aprende Lola y aprendemos todos de ella.Y, como dice el tango: lo vi, me vio. Me acerqué al corralito donde estaba con otro perrito, y esta vez la fortuna me favoreció, ya que al ser yo alto pude acariciarlos. Le preguntaba, al ver que saltaba cada vez más alto: “Nos vamos? ¿Sí? ¡Venga, vámonos! Y saltaba y me besaba, y yo a él.Se acercó mi pareja, Clara, nos miramos y sonreímos. Y en su mirada y la mía existía ese “Sííí” de complicidad y cariño.Lo teníamos claro. Me acerqué al mostrador y grité: ¡Ángel!“¡Hombre Pablo! Ya sabes que tienes todo mi apoyo y consideración porque sé que contigo estará bien cuidado y alimentado. Aparte de que se hará grande, casi como tú, jajaja”, se reía Ángel.Y le dije: ”¡Genial! Así no tendré que agacharme tantas veces para besarlo”.Por cierto, se llama Ian como el cantante de mi grupo favorito de rock, Ian Astbury de The Cult.Y sí, fui por una cuna de vera y me traje cuna y perro, del cual también estoy enamorado.
Pablo, Clara y Daniela