Yo, yo mismo y una Pandemia: Semana 2

Siempre envidié la vida del humano… hasta que el humano envidió la vida de las mascotas.

Día 8

Llevo más de una semana con estos dos encerrado, al final voy a pedir la separación cuando pase todo. Es broma jejeje, solo que pasar tanto tiempo en la calle me estresa un poco, y es que al final parece que todos los humanos se han vuelto locos.

Sin ir más lejos, anoche Mateo me saco a pasear y nos pasó algo muy extraño que nunca me había pasado. Pues no voy y meo y, según termino de mear, todos los vecinos del bloque salieron a las ventanas a aplaudirme y tocar con cacerolas, menuda fiesta me montaron, ¡PERO QUE SOLO HA SIDO UNA MEADITA!

¿Si llego hacer caca qué me hacen? ¿Lanzan el chupinazo de los San Fermines o qué? Estos humanos están fatal de la cabeza, no hay quien los entienda la verdad.

Sonia esta mañana se despertó súper animada, me cogió de las patitas y bailamos un buen rato al ritmo de bachatas, salsa, merengue y todo tipo de baileslatinos, y así estuvimos un buen rato pasándolo de lujo, pero chico, ¡qué dolor de patas de tanto bailar, madre mía ni que fuera yo Chayanne!

Esta tarde, después de mi siesta, Mateo llegó a casa ¡Había salido a la calle sin mí! No me lo puedo creer, ahora venía vestido como un astronauta, este chico está fatal de la olla. Se puso máscara antigás y, por encima, una mascarilla, guantes de látex y, encima de esos guantes, se colocó otros guantes de plástico, una gabardina de plástico verde…

¡Madre mía! Si estaba buscando que nadie se acercara a él, lo ha conseguido, yo según le vi me fui directo al rincón fresquito del baño, a mí que no se me acerque con ese disfraz de la hormiga atómica. ¡Menudo personaje! Le salva que traía en sus manos 2 saquitos de pienso de esos que tanto me gustan, si no este no me ve en 3 días.

Rambo kiwoko

Día 10

¡Esto no puede ser real! Es lo primero que pensé hoy lunes al despertarme y saber que he sobrevivido al primer finde de confinamiento con estos dos… ¡¡¡qué dos!!! ¡Y QUÉ FIN DE SEMANA!

Aún tengo lagunas de este sábado, yo como siempre pensaba que tras los aplausos de las 20:00 íbamos a meternos al salón de nuevo a ver las noticias pero, tras estar un rato zampándome mi True Origins favorito, giro la cabeza y veo a Mateo yendo a la terraza con 30 botellines de cerveza y unos altavoces más grandes que el tobogán de Estepona. No le di mucha importancia, hasta que casi pierdo la audición al oír una canción que dice ‘Flying Free’’ a todo volumen… ¿En Kivet curan la sordera? EL LUNES LLAMO.

Por si fuera poco, el domingo fue mucho más extraño aún, me despierto de la siesta y veo a Sonia con una cinta en la cabeza y unos pantalones rosas intentando hacer ejercicio en el salón, ¡pero si lleva 6 meses sin ir al Gym! Me vais a fastidiar mi lugar de juegos, ¡esto no es sensato! ¿La napolitana que te has comido esta mañana también viene a entrenar? VÁLGAME EL SEÑOR…

Rambo kiwoko

Día 12

¡Hay que ver cómo cambia la gente con la cuarentena! Hoy, al dar mi primer paseo de los tropecientos que me dan ahora al día, escuché una voz desconocida. Al principio pensé que se trataba de otro pobre al que estaban paseando por cuarta vez en 2 horas. Pero a medida que pasaban los paseos seguía escuchando la misma voz… Así que en mi 4º paseo del día decidí ponerme a investigar, fui fijándome en cada esquina que girábamos, en cada árbol.

Descubrí un nuevo olor en el aire, ¡lo que significaba un nuevo amigo en el barrio! ¡Qué felicidad! Pero mi alegría se convirtió en sorpresa al volver a casa. Al volver percibí el olor muy cerca, me fijé en la casa del vecino. Y entonces… ¡lo ví! El vecino del 3º, ¡había adoptado a un perro! Ese que siempre decía “yo no quiero perro que luego hay que sacarlo y da pereza”, no me lo podía creer. ¡Pero si nunca me saluda ni me acaricia! ¡No es un auténtico Animal Lover! Lo seguiré de cerca, yo de ese no me fío…

Rambo kiwoko

Continuará...

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