Este pequeño copito de nieve fue rescatado junto a su mamá Pispas y a sus hermanos por el equipo de SOS GREDOS. Los encontraron acurrucados en un rincón, intentando sobrevivir. Hoy, con solo tres meses, este bebé felino vive en una casa de acogida donde descubre el mundo a zarpazos curiosos y ronroneos interminables. Ahora necesita un hogar tranquilo, con personas pacientes que le regalen la estabilidad que todo cachorro necesita. Le encanta la compañía, así que sería feliz con otra mascota equilibrada o con humanos que pasen tiempo en casa. ¿Te imaginas sus ojos oceánicos mirándote cada mañana? Adoptarlo es darle la oportunidad de crecer rodeado de amor y seguridad… y, de paso, llenar tu vida de juegos, siestas compartidas y momentos de pura ternura.