El propietario de su madre quería matarlo porque tenía demasiados perros. Un hombre se lo llevó a su casa para evitar que esto sucediera, pero su mujer no lo quería porque ya tenían un perro, y así es como con 2,5 meses acabó en la perrera. A raíz de empezar con ataque epilépticos se le realizó un TAC, una resonancia magnética y análisis del líquido cefalorraquídeo. Los resultados de la resonancia magnética mostraron que tiene una condición congénita llamada "Lisencefalia" donde los "surcos" de su cerebro son más suaves y menos marcados de lo normal. La buena noticia es que esto es de bajo grado y además las pruebas del líquido cefalorraquídeo fueron claras y descartaron cualquier signo de infección. Todo esto significa que la epilepsia acompañará a Elliot durante toda su vida, aunque la medicación ayudará a controlar las convulsiones una vez ajustadas, puede desarrollar cierta pérdida de visión y también puede tener episodios esporádicos de reactividad repentina (esto está asociado con su epilepsia). Idealmente, necesitará repetir las resonancias magnéticas. Elliot es un joven cachorro precioso, inteligente, afectuoso, y feliz, y le encanta jugar con todos. Está lleno de energía, le encantan los mimos y es muy cariñoso. Lo ideal para él es un hogar tranquilo, sin niños pequeños, donde haya gente alrededor todo el tiempo, para evitar al máximo las situaciones de estrés, ya que estas pueden afectar a las convulsiones.