| Nombre del entrenamiento: Obediencia general y atención a las órdenes. Dificultad: Intermedia Material necesario: Premios, correa, clicker (opcional) y juguetes Ubicación: En casa, en la calle, y en diferentes entornos del día a día. |

¿Te suena eso de decirle algo a tu perro y que te mire como si le hablaras en otro idioma? Que un perro te haga caso no es solo una cuestión de suerte, sino de comunicación, constancia y empatía.
En este post vamos a ver cómo hacer que un perro te haga caso de forma global, no solo cuando lo llamas, sino también cuando paseáis, cuando hay visitas en casa o cuando necesita mantener la calma en momentos de estrés.
Porque sí, tu perro puede aprender a escucharte (Y lo hará encantado) si sabes cómo transmitirle lo que esperas de él. Y lo mejor: No necesitas ser un experto en entrenamiento ni tener un perro “perfecto”. Solo necesitas entender su lenguaje, adaptar el tuyo, y empezar paso a paso.
¡Vamos a por ello!
¿Por qué es importante que tu perro te haga caso?
Seguro que más de una vez te has encontrado en la situación en la que necesitabas que tu perro te hiciera caso pero no lo has conseguido. No obedece cuando lo llamas, salta a las visitas, ladra a otros perros, tira de la correa… Y aunque lo quieres con locura, a veces no sabes cómo gestionarlo.
Esto no solo te agota: Puede ser peligroso para él y para los demás. Enseñarle a obedecer no es imponer, sino establecer límites claros para vivir en armonía.
Ventajas de enseñar a tu perro a hacerte caso
- Mejora la convivencia en casa (Menos estrés para todos).
- Los paseos se vuelven más tranquilos y agradables.
- Puedes darle más libertad con seguridad (Por ejemplo, soltarlo en el parque).
- Fortalece el vínculo y la comunicación entre vosotros.
¿Y si no lo haces?
Es muy necesario e importante que tu perro aprenda a hacerte caso ya que, como te hemos mencionado, puede evitar muchos peligros tanto en la calle como en casa, por ejemplo:
- Puede desarrollar ansiedad, frustración o comportamientos agresivos.
- Puede escaparse, comer algo del suelo o reaccionar mal ante otros perros.
- En casa puede volverse destructivo o desobediente por falta de estructura.
Material necesario para enseñar a tu perro a que te obedezca
Como siempre, para facilitar el trabajo del entrenamiento, lo mejor es contar con un kit básico. Esto es lo que te hace falta para hacer que tu perro te haga caso:
- Snacks para perros: Son la base del refuerzo positivo. Sirven para premiar al momento cualquier conducta que queramos reforzar (mirarte, sentarse, venir, quedarse quieto…). Cuanto más sabrosos, más motivado estará.
- Correa de entrenamiento (larga o multiposición): Te permite controlar a tu perro en todo momento sin limitar su movimiento. Es ideal para practicar órdenes a distancia o en entornos con distracciones.
- Clicker (opcional): Herramienta sencilla para marcar exactamente cuándo el perro hace lo correcto. Hace un “clic” que asocia con el premio. Es útil para ser más preciso, sobre todo en las primeras fases del aprendizaje. Si no sabes utilizarlo te lo contamos en nuestro post: “Cómo adiestrar a un perro con clicker: Guía paso a paso”
- Juguetes para perros motivadores: Además de los snacks, muchos perros responden muy bien al juego como refuerzo. Un juguete que le guste puede ser tan eficaz como un snack.
- Tu voz y tu actitud: Puede parecer obvio, pero lo que más efecto tiene sobre tu perro eres tú. Tu tono, tu energía y tu coherencia son clave para que te escuche.
Te recomendamos también que eches un ojo a nuestro post “Enseña y entrena a tu perro con sabrosos premios”
Errores comunes cuando tu perro no te hace caso
Antes de pasar al entrenamiento, vamos a ver lo que más suele fallar (y quizás te veas reflejado/a en alguno):
- No marcar límites claros: Si a veces le dejas subirse al sofá y otras no, se confunde.
- Premiar sin querer conductas indeseadas: Reaccionar con risas o mimos cuando salta o ladra puede reforzarlo.
- No ser constante: Entrenar una vez y esperar que funcione es como ir al gimnasio un día y esperar abdominales.
- Regañar sin enseñar una alternativa: “No” sin decirle qué sí puede hacer no sirve de mucho.
- Entrenar en momentos de sobreexcitación: Si acaba de salir o hay demasiados estímulos, no prestará atención.
Pasos para enseñar a tu perro a que te haga caso
Este entrenamiento no se trata de enseñarle solo una orden concreta como “sentado” o “ven aquí”, sino de algo más importante: Lograr que tu perro te preste atención de forma natural y constante, en cualquier situación.
Para conseguirlo, es importante trabajar su atención, autocontrol y la asociación positiva contigo. Vamos paso a paso:
Paso 1: Enséñale qué significa “sí” y “no”
Antes de pedirle que te obedezca, tu perro necesita entender cuándo lo está haciendo bien... y cuándo no.
Usa siempre una palabra coherente y clara para felicitar, como “¡Muy bien!” o “¡Sí!”. Esa palabra debe sonar positiva, siempre igual, y acompañarse de una recompensa (Snack, caricia o entusiasmo).
Del mismo modo, usa un marcador negativo suave, como “Eh” o “No”, pero sin gritar. No hace falta sonar enfadado, sino claro. Gritar solo genera confusión o miedo.
👉 Y recuerda algo importante: Los perros viven en el presente. Si hace algo mal y lo corriges dos minutos después, no sabrá a qué te refieres.
Paso 2: Refuerza lo que sí te gusta… ¡Aunque no lo hayas pedido!
Uno de los mayores errores que cometemos sin darnos cuenta es ignorar los comportamientos buenos y reaccionar sólo ante los malos. Pero si quieres que tu perro te haga más caso, empieza a reforzar lo que sí hace bien… incluso cuando no se lo has pedido.
Por ejemplo:
- ¿Se sienta tranquilo mientras hablas por teléfono? → Premio.
- ¿Te está mirando atento sin ladrar al timbre? → “¡Muy bien!” y una caricia.
- ¿Pasea a tu lado sin tirar? → Refuérzalo.
Esto genera un cambio total de dinámica: Tu perro aprenderá que hacerte caso es algo que vale la pena, no solo cuando lo mandas, sino como forma habitual de comportarse.
Paso 3: Trabaja la atención en diferentes entornos
No basta con que tu perro te obedezca en el salón. El mundo real está lleno de distracciones: Otros perros, olores, personas, ruidos… Así que toca generalizar lo aprendido en distintos escenarios.
Empieza por:
- Primero en casa, en un ambiente tranquilo.
- Luego prueba en la escalera o patio, donde hay algo más de movimiento.
- Después, pasa a la calle o parque, pero en zonas con pocas distracciones.
- Aumenta la dificultad poco a poco: Añade otros perros, bicicletas, ruidos…
El objetivo: Que incluso con todo eso, tu perro te mire cuando lo llamas y siga tus indicaciones. Ese momento en el que te presta atención a pesar del caos… es oro.
Paso 4: Introduce órdenes básicas (una por una)
Una vez que tienes su atención, es hora de introducir las órdenes fundamentales que facilitan la convivencia.
Estas son las más útiles para el día a día:
| Orden | Para qué sirve |
|---|---|
| “Sienta” | Control en puertas, antes de cruzar la calle, o al saludar |
| “Quieto” | Mantenerse en una posición (útil en casa o fuera) |
| “Ven” | Llamarlo y asegurar que vuelve, incluso con distracciones |
| “No” / “Deja” | Evitar que coja comida del suelo o cosas peligrosas |
| “Abajo” / “Tumba” | Relajarlo y bajar la intensidad en momentos agitados |
No intentes enseñarlas todas a la vez. Escoge una y trabaja durante varios días antes de pasar a la siguiente. La clave está en la repetición tranquila y positiva.
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Paso 5: Convierte el juego y el paseo en parte del entrenamiento
Una parte que muchos tutores subestiman es el poder del juego como herramienta educativa. No todo tiene que ser entrenamiento formal. Los mejores resultados llegan cuando el aprendizaje se integra en momentos cotidianos.
Por ejemplo:
- En casa: Juega al tira y afloja y enseña el “suelta”. (Practica el “espera” antes de lanzar un juguete.)
- En la calle: Cambia de dirección de forma inesperada y felicita si te sigue.
- En el parque: Llama a tu perro en mitad del juego con otros y premia si vuelve.
El objetivo final es que obedecer no sea una “tarea”, sino parte del juego, del paseo y de vuestro día a día. Así no lo hará solo por comida, sino porque lo disfruta.
¿Cuánto tiempo tarda un perro en aprender a hacerte caso?
La respuesta rápida es: Depende. Pero no te preocupes, no es tan incierto como parece.
Cada perro es único. Su capacidad para aprender y obedecer está influenciada por varios factores: su edad, su historial (si es adoptado o no), su nivel de energía, su vínculo contigo, y sobre todo, la constancia del entrenamiento.
Con una rutina sencilla y constante, la mayoría de los perros empieza a mostrar cambios visibles en 2 a 4 semanas.
- Primera semana: Notarás que te presta más atención.
- A partir de la segunda: Empezará a responder mejor a órdenes básicas.
- Después del primer mes: Si eres constante, verás un cambio claro en su comportamiento diario.
Consejo Kiwoko: No te frustres si no avanza tan rápido como esperabas. A veces damos un paso atrás para dar dos hacia adelante. Lo importante es crear una rutina positiva y no rendirse.
Preguntas frecuentes
¿Por qué mi perro me hace caso en casa pero no en la calle?
Porque la calle es un mundo lleno de estímulos. Si en casa responde bien pero en la calle te ignora, no es que se le haya olvidado lo aprendido, es que aún no sabe aplicarlo en ese entorno.
¿Qué pasa si mi perro solo me obedece cuando tengo comida?
¡Es normal al principio! Los premios son un recurso útil para enseñar nuevas conductas. Pero con el tiempo, debes ir retirando poco a poco la comida y mantener la obediencia con otras recompensas: juegos, caricias o elogios.
¿Qué hago si mi perro me ignora cuando hay otros perros?
Tu perro no está desafiándote: Simplemente, su nivel de emoción o estrés supera su capacidad de autocontrol.
Trabaja en zonas con menos estímulos y practica mucho la atención con refuerzo positivo antes de enfrentarte a situaciones más intensas.
¿Tengo que entrenarlo todos los días?
Sí, pero no te agobies: No hacen falta sesiones largas. Con 5-10 minutos al día de práctica bien enfocada es suficiente para mantener su atención y progresar. Lo importante es la constancia, no la duración.
Como ves, con un poco de constancia, refuerzo positivo y las herramientas adecuadas, tu perro puede aprender a hacerte caso en casa, en la calle y en cualquier situación. No se trata de ser perfecto, sino de construir una buena comunicación entre los dos. Recuerda: obedecer no es imponerse, es entenderse. Y ese vínculo se fortalece cada día, paso a paso.
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